Amor clandestino: ¿vale la pena mantenerlo?

Llevar un amor a escondidas o clandestino es una situación muy tensa, riesgosa y que, a la larga nos puede llevarnos a preguntar si vale la pena mantenerlo.

Estaba pensando qué tema abordar para Como Conquistarlo, esta web que trata sobre asuntos de pareja, cuando escuché de pronto esta emblemática canción de Camilo Sesto que tiene una letra que dice así:

A escondidas

tengo que amarte

a escondidas

como un cobarde

Seguramente la has escuchado, ¿verdad? Y aunque la mayoría asocia esta canción a un amor infiel, en una entrevista, este prolífico cantante y compositor español, confesó que «A escondidas» se trataba de todos esos amores clandestinos, que por una u otra razón deben ocultarse del escrutinio público.

Este tipo de relaciones es de lo que abordaremos en esta ocasión, que no son pocas y cuyo futuro es realmente incierto. Si te encuentras en una situación así, sea por el motivo que fuera, seguramente te habrás preguntado, si realmente vale la pena o vislumbras una luz al final del túnel.

Porque llevar una relación de esta manera puede que haya funcionado bien al comienzo, por este tema de la adrenalina, de lo prohibido, de lo que implica riesgos y peligros. Pero luego, cuando los lazos se hacen más sólidos no creo que esta situación te siga siendo agradable. Entonces, ¿qué hacer?

A continuación analizaremos los 3 tipos de amor clandestino más conocidos:

El primer amor clandestino: esconderse de los padres

Seguramente muchas hemos pasado por esto. Tener a los 13, 14, 15 años el primer enamorado era todo un riesgo, porque, para los padres de una dulce y virginal señorita que recién comienza a vivir, todos los pretendientes serán unos desgreñados, malcriados, vagos y ociosos que se querrán aprovechar de la niña de sus ojos.

Entonces tenemos que ver a nuestro chico a escondidas y solo nuestras mejores amigas y amigos sabrán que estamos juntos. A veces ni eso, y entonces deberemos soltarle la mano rápidamente, cuando alguien venga. Pero luego, cuando estemos solos, bajo la escalera del edificio o del árbol del parque, entonces nos daremos nuestros primeros abrazos y besos, los que quedarán en nuestra memoria para siempre.

Si bien muchas de estas primeras relaciones son buenas para el recuerdo y las primeras experiencias de vida, quiero desatacar algo que las chicas no vemos en ese primer momento: cuánta razón suelen tener nuestros padres. En la gran mayoría de los casos ellos detectan, más allá de lo mal trajeados, peinados y de no buenos modales que tengan; cuando un chico no es para nosotras.

Pero claro, la rebeldía adolescente y bueno, nuestro derecho a cometer traspiés y luego, aprender de ellos, muchas veces se impone, convirtiendo ese primer amor en algo tras bambalinas. ¿Qué hacer? Como padres, no prohibir a rajatabla, sino conversar. Al prohibir, empujarás más a tu hija a verlo sea como sea. Conozco muchas relaciones adolescentes que han terminado incluso con embarazos no deseados a causa de esta terrible brecha comunicacional.

El amor infiel

Este tipo de relaciones es la más común, más de lo que tú crees, sin embargo, es difícil que prospere, y si prospera, que llegue a buen término. Un amor nacido de la traición y el sufrimiento ocasionados a otros no puede acabar bien.

Ser «la otra«, a la que solo se le otorgarán algunos espacios de la vida del hombre en disputa, no creo que sea algo que una mujer desee para sí misma. Sin embargo, cuando nos sentimos enamoradas, nos enceguecemos y aceptamos excusas como «solo estoy con mi esposa por mis hijos», o «dormimos en camas separadas» o «ella no quiere firmar el divorcio». Al final, terminamos arrinconadas en nuestra propia mentira y salimos perdiendo.

Un amor infiel no es recomendado bajo ninguna circunstancia, ni ser la otra, ni ser la esposa que establece una relación paralela con otra persona. Una relación es un contrato de amor y fidelidad permanentes que no debe romperse, y de romperse, debe hacerse por lo sano, en vez de recurrir al engaño.

El amor prohibido

Hay muchos amores que terminan siendo clandestinos, porque la sociedad, establecida por quienes nos rodean no lo aceptan. Y aunque podamos decir que, nadie debe imponerse en decisión de dos personas, lo cierto es que muchas veces sí sucede que los demás se interponen, y para no crear «problemas» ni conflictos, la pareja decide llevar su relación bajo las sombras.

Así, una relación se establece a escondidas de los demás y esta, que en un principio pueda surgir como una agradable aventura, termina por convertirse en una angustia: no expresar el amor donde se quiera, no poder ser libre de caminar por las calles de la mano de quien se ama, y menos aún, llegar al altar y jurarse amor eterno debe de ser doloroso.

Conozco el caso de una famosa actriz del medio a quien su padre dejó de hablar por no aceptar a su novio, un coreógrafo. Finalmente, estos decidieron proseguir con su unión y salir de la clandestinidad. El día de su boda, el padre no asistió, aferrándose a una creencia tonta, que al final, terminó haciéndole perderse el momento más importante en la vida de su hija.

Y también conozco de casos que han terminado mal: recuerdo haber leído en los periódicos el caso de una pareja que decidió, al estilo de Romeo y Julieta, terminar con sus vidas juntos, abrazados, en un hotel. Sus padres y amigos no aceptaban su relación.

En este tipo de amor, recomiendo que debe prevalecer el principio de que somos nosotras quien decidimos si este vale la pena o no. Es bueno escuchar la opinión de la gente, pero no debemos dejar que ellos se impongan a nuestras decisiones y menos que nos chantajeen. Ellos deben aprender a aceptar nuestras decisiones, les guste o no.

¿Y cuando realmente no nos conviene?

Sin embargo, si estamos tapando el sol con un dedo, y en el fondo, sabemos que esa persona no es conveniente para nosotros, debemos detenernos a pensar qué es lo que queremos para nuestro futuro.

Escuché hace no mucho a la excelente psicóloga Pilar Sordo hablando sobre un complejo que muchas mujeres sufrimos: el de heroínas. ¿Por qué elegimos siempre al menos conveniente? porque esperamos inconscientemente que, gracias a nosotras ellos puedan cambiar, mejorar, nuestro complejo de salvadoras, viene a nosotras para hacernos creer que lo lograremos, lo cual es, en la mayoría de veces un espejismo.

Si nuestros amigos y familiares, todos, en suma, nos aconsejan que esta persona no nos conviene, hagámonos esa misma pregunta muy en lo profundo de nuestro interior y examinemos si realmente he ahí un futuro promisorio o nada. Entonces, debemos tomar una decisión que se sincere con lo que realmente nosotras queremos para nuestro futuro. Nos merecemos lo mejor, después de todo.

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Acerca del autor

Escrito por Carla Gonzales

Egresada de Literatura en la UNMSM, periodista y correctora de textos y estilo. Actividades: leer, escuchar rock clásico, jazz, blues, proyectos literarios.

3 Comentarios Dejar un comentario ›

  • Femina
    21 marzo 2012

    Yo siempre me pongo a pensar si de verdad me conviene? Pero la verdad es como el perro del ortelano que ni come, mi deja comer en otras palabras es un túnel sin salida

    • FioRamos
      27 junio 2012

      Exacto; no hay nada mejor que hacer las cosas bien y «por la legal», como dicen. Gracias por compartir tu experiencia! Saludos!

  • Maricocha
    21 marzo 2012

    Considero que no debes permitir una relación a escondidas, porque a la larga a la unica que puedes hacerle daño es a ti misma, además si supuestamente hay amor, entonces debe haber respeto,y el respeto empieza por ti misma; el inicio de uan relación debe ser sin mentira siempre transparente y el punto sobre las ies.

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