Cómo evitar los conflictos con la familia de tu pareja

Aprender a lidiar con la familia de tu pareja puede ser uno de los retos más difíciles de tu vida si tú y tu pareja no aprenden a hacerles el pare en su momento. De por sí, la vida en pareja es difícil, pero esta puede terminar quebrándose si no hacemos respetar nuestra independencia conyugal.

Si ya tenemos claro lo que tenemos que hacer, ¿por qué no lo hacemos? Muchas veces los hijos encontramos excusas para mantenernos atados a nuestros padres o simplemente aceptamos ser manipulados por ellos. Esto generalmente ocurre cuando nuestra pareja es hijo único y los padres (o la madre) no quieren despegarse de este.

El primer paso para conseguir hacer frente a la familia es dejar de lado las creencias de que estamos obligados a atender a nuestros padres. Si bien ellos nos han dado lo mejor de sus vidas, nuestra obligación principal es nuestro matrimonio. Esto no quiere decir que nos vamos a desentender de ellos, sino que nuestra familia ahora son nuestra esposa e hijos, y debemos ver por ello primero, de lo contrario, no te habrías casado.

Con esta idea clara en la mente, tenemos que aprender a reconocer las técnicas de manipulación de nuestros padres, y buscar nuestros puntos débiles, pues por ahí empiezan. Una vez que lo tengas ubicados podrás contrarrestar sus persuasiones.

Generalmente, atacan nuestra baja autoestima y nuestra inseguridad, haciéndonos sentir culpables por abandonarlos a su suerte o hacerlos a un lado de tu vida familiar. Ellos tienen que entender que ahora tú eres responsable de tu propia familia (así no tengas aún hijos) y que tus obligaciones son con esta.

Para enfrentar el problema de la actitud de los padres de tu pareja, tu y él deben plantearse reglas de comunicación con las que puedan discutir sin necesidad de caer en los insultos, pues aunque te moleste, son sus padres y hay que respetarlos como tal.

En caso se encontraran enfermos y tuviesen que quedarse en tu casa a ser atendidos, procuren darse tiempo para ustedes mismos. Salgan con los niños, vayan al cine o realicen alguna actividad que los satisfaga, así tengan muy poco tiempo libre.

Por último, no permitas por nada del mundo que un tercero ingrese en la privacidad de tu dormitorio; ni padres, ni hermanos, ni amigos, ni conocidos. Este es un espacio solo para ti y tu pareja; procura cuidar tu intimidad y evita contar tus problemas a terceros de la familia, pues ello creará anticuerpos hacia tu esposo/a.

En esos casos es mejor consultar a alguien de experiencia que pueda orientarlos neutralmente, como un asesor de parejas.

Fuente: Terra.

Imagen: ElUniversal.

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Acerca del autor

Escrito por Lidia Caparachin

Soy comunicadora social, apasionada del cine, el teatro y la música; me encanta viajar, los helados de fruta y las series policiales.

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