Como dice la canción, «el amor es algo bello que estropeamos sin darnos cuenta». A veces no lo hacemos por que no seamos lo suficientemente afectuosos, sino porque transmitimos un exceso de «feeling» que termina por saturar a la persona amada y alejarla de nuestro lado.
En efecto, al mostrarnos tan absorbentes con nuestra pareja esta siente que deseamos aprisionar su libertad , algo que todos los seres humanos por instintos estamos prestos a defender a como de lugar. Por ello se presentan discusiones que a la larga convierten la más linda de las relaciones en la peor de las experiencias.
¿Pero por qué reaccionamos de esa manera? Antes que confundirlo con temor a perder a nuestro amado, hay que evaluar alguna de nuestras actitudes, como por ejemplo:
- Pensar (casi) todo el día en nuestro enamorado/novio/esposo y de manera tan intensa que nos impide desarrollar con normalidad nuestras actividades.
- Extrañarlo demasiado -con la sensación de un gran vacío en el corazón (conocido como angustia)- cuando no estamos con él, incluso sabiendo que lo veremos en unas horas.
- No poder pasar un rato del día sin sentir el gran deseo de manifestarle nuestro amor y/o comunicarnos con él (y no precisamente porque sea una emergencia o parte de nuestras conversaciones cotidianas).
- Sentirnos mal cada vez que sale y no nos lleva con él, incluso si se trata de una reunión masculina.
- Sacrificar parte de nuestro tiempo libre o hasta de trabajo para convivir lo máximo que podamos con él. Es decir, supeditar nuestra vida a la suya.
Estas son algunas de las actitudes que nos hacen darnos cuenta que presentamos una dependencia afectiva por nuestra pareja. En tal caso, lo más importante es reconocerlo y buscar inmediatamente el apoyo de un profesional que nos ayude a superarlo progresivamente, ya que se asemeja mucho a una adicción a las drogas.
Mientras avanzamos en este proceso, lo más probable es que el especialista nos pida que asistamos a terapia de pareja. Así que si nuestra relación se encuentra resquebrajada por roces anteriores, pidámosle con delicadeza que nos acompañe a las sesiones, de manera que no se sienta presionado a hacerlo y poco a poco adquiera un compromiso implícito con la «causa común».
Para ir comenzando a desprendernos de esa sensación negativa, lo más aconsejable es buscar una actividad (por ejemplo, algo de tipo artístico) que nos guste y convertirla en nuestro pasatiempo exclusivo. Recuerden que para amar a alguien de verdad primero debemos hacerlo con nosotras mismas, sin aferrarnos a nadie más.
Imágenes: Centre i.t.a.e., Manietag.
Etiquetas : amor, dependencia afectiva, pareja
Visítanos en