Cuando «la otra» soy yo

Qué horrible suena ser «la otra». Es una frase que choca a quien la oiga, y más si a quien se refieren es a ti. Es verdad eso que dicen que uno no elige de quién se enamora y supongo que esa es la razón más grande para que existan las infidelidades y para que una mujer, que no eligió, o tal vez sí, enamorarse o involucrarse con un hombre casado, sea llamada la «roba maridos» o la «rompe hogares».

Estar en una situación así, en la que tu pareja actual, o mejor dicho «casi pareja» (porque, admitámoslo, ser la amante te deja relegada a un segundo plano) es algo bien complejo. Las razones que pueden llevarnos a estar en una situación así pueden ser el gusto por lo prohibido, un capricho, la idea de tener una aventura, algo que va totalmente en contra de tus paradigmas de conducta o incluso enamorarse.

Según un estudio llamado «Psicoanálisis de los amantes», el tener un amante significa ir hacia todo aquello que se ha carecido en la vida hasta este momento: libertad, individualidad, autoestima. También, le dan al ser humano la sensación de poder pasar por encima de las reglas establecidas por la sociedad, las reglas de familia y valores creadas por el hombre, mas no las reglas del corazón y el amor.

Además, dice también, que los amantes brindan a la pareja la opción de eliminar el compromiso emocional. Es decir, una relación de amantes no llega a ser una relación «real» como lo es un matrimonio. Esto no quiere decir que sean relaciones superficiales, porque de hecho, en toda relación entre dos personas existe en algún aspecto el amor. Si no fuera así, esos encuentros entre los amantes serían simplemente aventuras de una noche, sin mayor trascendencia.

Lo que sí es un hecho es que ser «la otra» trae varias consecuencias negativas. Según Alessandra Rampolla, está el hecho de que siempre pasará las fechas especiales sola, porque la pareja debe cumplir con su familia primero. Que «la otra» siempre depende del tiempo de él, y se acomoda a sus horarios. Que siempre deben encontrarse en la clandestinidad y todas estas cosas generan, definitivamente, una baja en la autoestima de la mujer y más aún, si realmente está enamorada de su amante.

Entonces, ¿en qué momento se empieza a tener una relación «real» entre los amantes? ¿Cuánto es el tiempo que se debe esperar a la pareja para que termine su matrimonio? ¿Cuánto tiempo se debe esperar para, por fin, poder enamorarse y entregarse por completo? No lo sé, me imagino que cada caso es especial y único, cada pareja de amantes sabe cuál es su compromiso, si realmente hay futuro o si simplemente es un desfogue de problemas para ambos.

Tener una relación de amantes, vivir en la clandestinidad, es una etapa difícil, no debe ser agradable vivir sin saber si realmente llegará el día en que él deje a su esposa y se comprometa contigo. Lo ideal, y lo mejor que se debe hacer en estas situaciones, es evaluar la relación, constatar si realmente hay un compromiso de parte de tu pareja que te de la seguridad de saber que esta relación tendrá un futuro.

A veces se tiene que pensar con la razón más que con el corazón. Lo único que puedo aconsejarte, si estás en una situación similar, es que pienses en ti y en cómo te sientes y que decidas aceptar la situación, con todo lo que trae consigo, o decir ¡ya basta! Ánimo y recuerda que tu felicidad es lo más importante, y ¡no te preocupes! Hay muchos peces en el mar.

Imágenes: GroomsAdviceO Diosas, MagForWoman, RealWomenToday.

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Acerca del autor

Escrito por Claudia Vanessa Vargas

Comunicadora de profesión, me encanta reír y salir a celebrar la vida con mis amigos.

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