Una sesión de masajes y estiramientos en pareja

Los feriados del calendario son días precisos para romper con el estrés de nuestras actividades cotidianas, saliendo de paseo a un lugar desconocido o que nos traiga agradables recuerdos. Pero si no contamos con los medios económicos necesarios para ello, basta con que nos quedemos en casa desconectados del mundo exterior para disfrutar de la vida en pareja.

Además de disfrutar de unos ricos potajes para comida del día, tener una sesión de masajes mutuos no solo es una gran fuente de erotismo para reafirmar el romance de nuestra relación, sino también la salud de ambos.

Como el cerebro es el principal órgano en excitarse, hay que estimularlo creando el ambiente idóneo para nuestra sesión relajante. Ya que lo que debe prevalecer es la intimidad, nuestro propio dormitorio será el mejor espacio.

Saliendo de la habitual decoración del cuarto, podemos añadir detalles especiales como un nuevo cubrecama o un par de candelabros con velas de su color favorito y/o alguno que represente algo especial para los dos, como, por ejemplo, el siempre «amoroso» rojo.

Asimismo, el incienso no puede faltar (les recomiendo los que ya vienen con feromonas) y mucho menos las cremas para aplicar los masajes, que también pueden tener un olor particular. Y como “cereza del helado” podemos elegir un atuendo muy sensual para dejarlo literalmente rendido a nuestros pies, como los que podemos ver en las boutiques de lencería.

Con una música suave empecemos por aplicar suaves movimientos en el cuello y los hombros de nuestro enamorado/novio/esposo para ir descendiendo lentamente por sus brazos y espalda.

En esos momentos debemos tratar de que combinar movimientos suaves con unos en los que ejerzamos mayor presión, de manera que también favorezcan a aliviar los dolores musculares. De ser preciso podemos emplear instrumentos adicionales, como un rodillo o masajeadores con bolas en la base.

Luego de practicar los masajes -y como para no perder el calor en el que ya entró el cuerpo- proseguiremos con estiramientos en las piernas, brazos y abdomen, ideales para favorecer a la elasticidad y flexibilidad necesarias para continuar con las posteriores muestras de afecto.

Una vez que hayamos finalizado la labor de masajistas, solo nos queda echarnos para empezar a disfrutar de nuestro turno y proseguir con las demás partes de la sesión que harán de esa velada algo realmente inolvidable. Como de seguro quedaremos encantadas, lo más aconsejable es que variemos los detalles en cada una de las repeticiones, a fin de no «perder la magia».

Imágenes: Divina New Body, Touch Massage Therapy.

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Acerca del autor

Escrito por Vicky Sampi

Publicista de 1.54 mts. con aficiones periodísticas, gusto por la lectura, el vino, las caminatas y la buena compañía. Muy pronto aprendiz de cocina (nuevamente).

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