El amor, como término ideal, puede resultar una experiencia perfecta. Sin embargo, el amor enmarcado en un contexto per se siempre adquiere unos matices concretos y diferentes. Es decir, más allá de que el amor debe de ser incondicional, lo cierto es que un compromiso implica asumir ciertas condiciones. De hecho, cada pareja tiene sus propios códigos y sus propias normas.
Por ejemplo, el compromiso del matrimonio implica alimentar el amor en lo bueno y en lo malo, permanecer al lado del ser querido en los momentos agradables y también en los tristes, fundamentar el sentimiento en el respeto hacia el otro y, por supuesto, en la fidelidad. Por este motivo, la infidelidad se vive como una enorme traición y un gesto de deslealtad.
Por tanto, aunque el amor debe de ser incondicional, requiere de un acuerdo mutuo para poder crear un proyecto de vida en común. El amor es un sentimiento que implica la unión de dos voluntades caminando en la misma dirección, por tanto, es necesario establecer pactos.
Aprender a querer de forma asertiva implica aprender a expresar sentimientos siempre de forma constructiva, es decir, evitando el insulto o la falta de respeto hacia el otro. Pero además, también tenemos que ser conscientes de que podemos querer más al otro cuando tomamos conciencia de qué es aquello que le hace sentir bien y qué es aquello que le hace sufrir.
El amor incondicional solo es alcanzable por una persona con un grado de madurez elevado, con capacidad de renuncia y de sacrificio, puesto que el amor verdadero está lejos del egoísmo. Existen algunas parejas que consiguen el gran reto de permanecer unidas toda la vida, porque tienen la capacidad de reavivar la llama del amor cada cierto tiempo, luchar contra la monotonía y crecer en pareja.
Existe un ejercicio muy práctico que puedes realizar en pareja. Pueden sentarse tranquilamente a la mesa, tomar lápiz y papel para pensar y apuntar en un cuaderno reglas sobre cómo organizar las tareas domésticas, es decir, quién va a realizar cada labor en casa.
Del mismo modo, también es necesario organizar el calendario, buscar un tiempo para poder disfrutar de la soledad, otro, de los amigos y, por supuesto, también es esencial determinar un tiempo en el día a día para disfrutar en pareja. Por ejemplo, un pacto excelente de convivencia puede ser cenar todos los días juntos.
Imagen: MiMundoEnBlancoYNegro
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