El fin de toda relación de pareja es el compromiso matrimonial o la convivencia, que técnicamente viene a ser lo mismo, pues la pareja lo comparte todo.
Sin embargo, pese a tener años juntos, algunas personas no se animan a dar ese paso que su pareja sí anhela con todo su corazón. La razón es el miedo al compromiso.
Aunque pueda parecer algo simple, el temor a comprometerse es algo serio, pues suele acabar con la relación. Para quien sufre de esto, representa dejar de tenerlo todo bajo control y abrir la puerta a la inseguridad, mientras que el temor al fracaso se apodera de ellos.
En muchos de los casos el temor se inicia con la idea de que el compromiso les va a quitar la libertad de la que gozan y les traerá responsabilidades que no quieren asumir todavía.
Según los especialistas, este miedo aparece en aquellas personas que no conocen sus propias potencialidades y por lo tanto huyen de la situación, pues están convencidos que no podrán asumirla o enfrentarla. Asimismo, el no contar con los medios necesarios para asumir la nueva condición es otro factor que refuerza este temor.
Desgraciadamente, el origen de esta conducta proviene de la formación recibida en casa, en donde desde pequeños se les inculcó el temor a asumir responsabilidades.
Generalmente, ellos han sido formados en una ambiente sobreprotector, rígido o permisivo, lo que les ha impedido desarrollar sus propias estrategias para enfrentar las diferentes situaciones de cada día.
Cuando ellos se deciden a iniciar una relación, empiezan a exigir como a ellos se lo hicieron, y si su pareja no responde empieza la frustración y la inseguridad respecto de la relación en un futuro juntos. Como no pueden controlar la situación, prefieren evitarla.
En otros casos, tienen miedo de expresar sus emociones y de mostrarse inseguros, por lo que no profundizan en sus pensamientos o conversaciones.
Fuente: Publiboda.
Imagen: Discovery.
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